otra vez unas recetitas de "literalmente cocinando"

EL TIRAMISÚ:

El sábado pasado hice por primera vez Tiramisú, que en dialecto del Veneto significa “l tira su”, lo que para nosotros sería un “tentempié” se servía como un dulce fortalecedor que debido a la gran cantidad de glúcidos que contiene tenía prácticamente un efecto inmediato,  en general se servía a los soldados, cuando asistían a los burdeles cuando venían de la guerra, tanto a ellos como a las mujeres que trabajaban  allí, porque se decía que este postre levantaba el espíritu. Hay otra versión que dice que lo preparaban las esposas cuando sus maridos volvían de la guerra, sea cual sea la realidad, lo importante es lo rico que es .Mi consejo es que lo hagan aunque nadie vuelva de la guerra (por suerte); ahí va la receta.

INGREDIENTES:

Yemas 4

Crema de leche  400grs

Queso mascarpone o queso crema  800grs.

Vainillas 30

Café fuerte cantidad necesaria para mojarlas.

Licor puede ser oporto.

Cacao para espolvorear.

Azúcar 200 grs.

Batir las yemas con el azúcar, a baño de maría con 100 grs. de azúcar y un chorrito de licor, hasta que queden bien montadas, se mezclan con el queso en forma envolvente. Aparte se bate a medio punto la crema de leche con el azúcar restante y se une con la mezcla anterior.

Remojar las vainillas con el café y licor, forrar una fuente alta con las vainillas, colocar encima una capa generosa de la crema  de queso y crema, luego espolvorear con cacao, repetir esta secuencia hasta terminarlos ingredientes; en la última capa de vainillas no espolvorear con el cacao hasta el momento de servir. Porque queda más agradable a la vista con el cacao seco, recién puesto.

SI CREES TOTALMENTE EN TI MISMO, NO HABRA NADA QUE ESTE FUERA DE TUS POSIBILIDADES

                                                                                                             Wayne W. Dyer.

Por eso a creer en uno mismo y hacer este riquísimo  Tiramisú  y disfrutarlo, nos ayuda a pensar que cuando queremos hacer algo podemos, aunque sea tan simple como un  postre.

Siempre el creer en uno mismo nos hace avanzar en cualquier cosa por más sencilla que sea, aunque nos equivoquemos, si tenemos dudas de que podremos hacerlo, seguro que nos paralizamos. Hasta la equivocación nos sirve para mejorar en la próxima vez que lo intentemos.